miércoles, 8 de agosto de 2012


Así poco a poco fueron caminando, paso tras paso…hasta llegar a la gloria olímpica

Marvin Del Cid
Periodista

Erick, no te conozco en persona. A lo mejor cuando yo pasaba a los alrededores del estadio Mateo Flores rumbo a mi trabajo vos entrenabas y sudabas mucho preparándote para una de tus múltiples competencias.

Erick, a lo mejor te vi en alguna ocasión cerca de la ciudad olímpica en la zona 5, pero no te reconocí. A lo mejor hasta pasaste cerca y no te reconocí.

Cuando vos estrenabas de madrugada e ibas a buscar el sol como bien dijiste, muchos aún dormíamos, mientras el futuro campeón olímpico se preparaba.

Recuerdo muy bien cuando ganaste el oro en los Panamericanos de Guadalajara 2011, muchos te aplaudimos y valoramos tu gran esfuerzo. Pero lo más triste llego cuando tuviste que irte en bus hasta tu casa a la verdes verapaces, muchos pensamos que injusticia, pero no hicimos nada por cambiar tu realidad, ninguno de nosotros tuvo el valor para irte a recoger al aeropuerto y llevarte a tu casa.

Pasaron los meses y vos junto a tu entrenador Rigoberto Medina seguían con su trabajo en silencio, pero convencidos que venían cosas grandes para el deporte nacional. Así poco a poco fueron caminando, paso tras paso…hasta llegar a la gloria olímpica.

Pocos días antes de tu partida a Londres todavía fuiste al centro de la capital a dejar una encomienda a los transportes que van para Alta Verapaz para tu familia, eso me lo conto el taxista que te llevo y que vos le dijiste: “Voy por una medalla”, -yo dije ese taxista miente, pero la explicación termino por convencerme-

Así como ese taxista muchos guatemaltecos cruzaron palabras con vos en algún momento. El piloto del bus, el ayudante o quien iba a tu lado en el sillón en tu largo viaje de más de cinco horas desde ciudad de Guatemala hasta tu casa en Alta Verapaz.

Esos guatemaltecos que no sabían que con quien hablaban seria el atleta que un 4 de agosto de 2012 daría al país la gloria olímpica. Esa gloria olímpica que habíamos esperado durante toda una vida, pero que hoy es una realidad.

En nombre de ellos y de millones de guatemaltecos un millón de gracias. De los que hoy se aprovechan de tu medalla para sus intereses políticos, económicos y personales, no vale la pena comentar mucho, ojala recapaciten.

Me siento orgulloso como guatemalteco y como centroamericano. La felicidad que llevaste a cada rincón de este país es inmensa. Tu triunfo lo tomamos como propio.

Gracias, Erick. Hoy en esta ciudad y en todo el país, el tema principal no es la violencia ni corrupción, ni las mafias. Es la felicidad que traemos. Es una sonrisa que yo no me puedo quitar desde el 4 de agosto.

Espero darte la mano pronto y saludarte en persona. Lo mismo a tu familia que te ha apoyado incondicionalmente y por supuesto al profesor Medina.

Gracias, por darnos una felicidad y por ser parte de esos guatemaltecos que creen en que las cosas pueden ser mejores y luchan por ello.

Gracias, porque tu esfuerzo y lucha me motivan a seguir trabajando desde mi espacio por un mejor país y sobre todo por una sociedad más justa.

Ten por seguro que tu felicidad fue contagiada a todos los guatemaltecos de este pequeño país enclavado en el centro de América.

Fuerza Erick que este es otro gran paso y nos vemos el domingo de nuevo.

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