Guatemala es un país en donde la
impunidad lejos de disminuir va en aumento. Guatemala es uno de esos países que
avanza poco, pero retrocede mucho.
Es necesaria porqué la impunidad se encuentra
enraizada en muchos sectores como los partidos políticos y el sistema judicial, entre otros. La compra de voluntades,
sobornos, corrupción, tráfico de influencias y crimen organizado son parte del diario vivir de un país pequeño, pero con grandes dificultades, incluso, muchos
ven la impunidad como algo normal.
“No importa que robé pero que
hago algo”, “A mí no me des nada, ponme donde hay”, “Si no robaste nada fue por
mula” Así puedo ir citando más frases del vocablo común en el país.
Soy de los que aplaudió la
decisión de instalar la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), pues
consideró que el Ministerio Público (MP) no ha sido capaz de dirigir la investigación
penal como lo establece la Constitución Política de la República, esa misma impunidad llega hasta la Corte Suprema de Justicia. Aunque de a poco las cosas van mejorando.
La implementación de la CICIG fue
acordada en Nueva York el 12 de diciembre de 2006 entre la Organización de
Naciones Unidas (ONU) y el gobierno de Guatemala, luego fue ratificada por el
Congreso y entró en vigencia el 4 de septiembre 2007. El pasado 3 de septiembre
el Diario de Centroamérica se publicó la vigencia de 2 años más para la Comisión.
En Guatemala la CICIG fue, es y
sigue siendo necesaria de eso no hay duda. Recordemos que una de las
necesidades por la que se dio vida a ese órgano es para combatir los Cuerpos
Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CIACS), muchos de los cuales
siguen operando en el país, no perdamos de vista eso.
La CICIG también tiene muchas
deudas y ha recibido fuertes críticas sobre todo de las partes más
conservadores del país, mas por el caso de Rodrigo Rosenberg Marzano.
También se ha cuestionado a
personal de la CICIG de intervenir en caso que no le corresponden y muchas
ocasiones hasta de abuso de autoridad, eso no se puede seguir permitiendo, porque lejos de fortalecer esa instancia se debilita.
El ente internacional ha tenido éxito
en muchos casos, desde la investigación en mafias de la Policía Nacional Civil
hasta desbaratar redes del crimen organizado en donde operaban diputados. Sin
embargo, aún faltan muchas cosas por hacer.
La misma CICIG en su página de
internet enumera 7 elementos que debería tener el Estado de Guatemala para
combatir el crimen organizado: fiscalías élites, oficinas de relaciones internacionales
en el Ministerio Público, fortalecimiento de programa de protección a testigos,
policía especializada en investigación criminal, plataforma de información,
fortalecimiento de la unidad de métodos especiales de investigación e
independencia de los jueces (el ente internacional debe estar muy pendiente de la próxima elección de magistrados de la Corte Suprema y del Tribunal Supremo Electoral).
En Guatemala urge depurar el
sistema político y empresarial de las mafias, esa es otra de razones por las
cuales la CICIG debe seguir en el país. La violencia también es otro mal de esta sociedad a diario son asesinadas más de 15 personas.
Con el nombramiento del colombiano
Iván Velásquez Gómez al frente de la CICIG, se pueden dar cambios de fondo e
importantes para el combate de la impunidad. El nuevo jefe de esa instancia ha
investigado la parapolítica en su país, aquí lo espera la narco política.
Gómez tiene en sus manos una
brasa caliente, pero puede recomponer el rumbo y los objetivos de la CICIG, días después de la partida de la Francisco Dall´Anese un magistrado de la Corte de
Constitucionalidad ( institución con poca credibilidad por cierto), dijo que había recibido
presiones para que se diera luz verde a la extradición del ex presidente
Alfonso Portillo.
Esperemos pues que el jurista
colombiano y su equipo de trabajo tengan éxito en uno de los países más impunes
del mundo. Los guatemaltecos estamos obligados a denunciar y colaborar para que las cosas cambien.
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