La renuncia de Alejandro Sinibaldi como ministro de comunicaciones no
sorprende a nadie, bueno al presidente Otto Pérez Molina y a la vicepresidenta Roxana Baldetti a lo mejor. Dos
años en campaña política y los tres funcionarios nos quieren ver la cara de
pendejos.
Por Marvin Del Cid
Sinibaldi nunca dijo la verdad y pese a estar en campaña anticipada durante
más de dos años siempre dijo lo mismo: que su salida del ministerio era una
especulación y que era el comité ejecutivo de su partido el que decidiría si él
sería el presidenciable oficialista.
En Guatemala los políticos no aprenden o nos quieren seguir viendo la cara
de pendejos. Sinibaldi es uno de esos políticos jóvenes y que uno esperaría que
fueran distintos, pero no. Tiene muchas mañas
de otros y en algunos casos hasta aumentadas.
El sistema político en el país se mueve entre mentiras, transes y favores.
La teoría política hace muchos años se quedó atrás con los políticos guatemaltecos.
En las pasadas elecciones Sinibaldi no pudo llegar a la alcaldía, no pudo
derrotar a Álvaro Arzú uno de esos
políticos que menciono en el párrafo tres. Sinibaldi entonces fue nombrado por
el presidente Otto Pérez Molina como el ministro de Comunicaciones, llegó a un
ministerio a manejar un presupuesto más de Q5 mil 500 millones (Unos US$650
millones) y por supuesto al lugar ideal para inaugurar obra gris, una de las
más apetecidas por los políticos para promover su imagen.
Por supuesto, que Sinibaldi no desaprovecho la oportunidad de gastar a
manos llenas y hacer campaña política con fondos públicos. Fue puesto en el
lugar que quería al fin de cuentas los padrinos políticos y los “conectes” son lo
más importante en Guatemala, por eso es que estamos como estamos.
Incluso, le puso su nombre a obras del Estado como si fueran sus negocios familiares.
Durante 2 años y medio el funcionario aprovecho cada gira, cada espacio y
cada reunión para promoverse. Sus más cercanos colaboradores sus viceministros:
Guillermo Sosa y Rubén Mejía siempre protegieron a su jefe y nunca fueron
capaces de contradecirlo, al fin de cuentas fueron puestos para proteger los
intereses del ministro, claro nada es gratis.
Los anteriores magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) no tuvieron
valor para sancionar con fuerza al Partido Patriota (PP) ni a otras
agrupaciones por la campaña anticipada. Al paso que vamos los nuevos
magistrados se irán por el mismo camino, que triste de una institución de la que
se espera mucho y no simples declaraciones para quedar bien ante la opinión
pública.
El presidente Otto Pérez Molina al igual que sus antecesores ha usado su
puesto para promover un partido y a un candidato lo cual es ilegal. De oficio
el Ministerio Público (MP) tiene que iniciarle un proceso de investigación y
promover un antejuicio.
Si aquí el MP y la Contraloría General de Cuentas cumplieran sus funciones
Sinibaldi debe enfrentar cargos por el despilfarro para promover su figura y la
de su partido. Pero son instituciones también tomadas por los grupos paralelos.
Sigamos viendo el show políticos de los grupitos de poder que nos tiene hundidos en la miseria, corrupción y malversación. A menos que tomemos medidas drásticas y de fondo.
2 comentarios:
Sería bueno que todas las acusaciones estuvieras respaldadas por evidencias. No es que no esté de acuerdo con lo que escribes porque también pienso lo mismo pero creo que si vamos a escribir un artículo así tenemos que tener evidencias, fotos, cartas, papeles, etc. Silvia
Basta con ver los canales de televisión para ver la campaña anticipada de Sinibaldi, como el presidente los promueve y si tiene duda que le han puesto nombre de Sinibaldi a obras del Estado, revise la página de la municipalidad de Coatepeque.
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