viernes, 24 de abril de 2015

Juan Carlos Monzón: el prófugo que quería ser diputado

Marvin Del Cid

La ambición de Juan Carlos Monzón Rojas, el ahora prófugo exsecretario
privado de la vicepresidenta Roxana Baldetti, no se limitaba a enriquecer
sus arcas con el dinero de la corrupción: de no ser por la orden de
captura en su contra, el pasado 18 de abril habría sido proclamado como
candidato al Congreso de la República por el departamento de Alta Verapaz.

Apadrinado por la vicemandataria y originario de Ciudad de Guatemala,
Monzón aspiraría en representación del Partido Patriota (PP) por una curul
de ese departamento.

Fuentes del partido oficial resaltan que ya estaba todo acordado para que
Monzón fuera incluido en el segundo renglón de la planilla por ese
departamento, debajo de Ronald Sierra, exdiputado del PP y exgobernador de
Alta Verapaz.

El escándalo de corrupción en la Superintendencia de Administración
Tributaria (SAT) que se hizo público el jueves 16 de abril le truncó los
planes a Monzón, quien lanzaría su candidatura en un acto previsto a
realizarse en la Asamblea Departamental de Alta Verapaz dos días después.

La vicepresidenta Baldetti había intentado sin éxito que su protegido
corriera por una diputación en Sacatepéquez, pero la oposición de las
bases de ese departamento -afines a Alejandro Sinibaldi- no lo permitió,
pues ya habían transado los puestos para otras personas.

Comprar una curul en Guatemala no es difícil. De hecho, en algunos casos
las primeras casillas de lista pueden llegar a costar hasta Q2 millones.
Así se mueven en el país las agrupaciones partidistas, hoy convertidas en
grupos de mafias y corrupción.

Monzón encontró en el gobierno del PP a sus mejores aliados para hacer sus
oscuros y sucios negocios. Amasó una gran fortuna entre casas, carros,
chalets y restaurantes
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150416/pais/5970/Una-casa-a-la-altura-de-Juan-Carlos-Monz%C3%B3n.htm
y, como es característico de las mafias emergentes, fijó su residencia en
los sectores altos de la ciudad y compró su casa en la playa. Otra muestra
más de la penetración del crimen organizado, que ha ha llevado a la
sociedad guatemalteca a vivir de las apariencias y mirar con respeto a
quien ostenta de su riqueza, sin importar cómo la haya obtenido.

La Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) y el Ministerio
Público (MP) deben ir ahora tras los corruptores y llevarlos ante la
justicia a rendir cuentas, pues durante años se han enriquecido gracias
a sus sucios negocios.

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