domingo, 17 de enero de 2016

De comediante de TV a presidente de la República

Si algo caracteriza a Morales es su ingenio y presencia ante las cámaras de televisión, junto a su hermano Sammy Morales dieron vida a múltiples personajes en su  programa de televisión y han actuado en varias películas producidas por ellos.

Su nombre era James Ernesto Morales Cabrera, pero es más conocido como Jimmy Morales, incluso se lo cambió desde 2011.
Morales es cuestionado por hacer imitaciones cuyo contenido son calificados como racistas y discriminatorios por lo múltiples personajes que tiene en sus programas de bromas.
Nació en la ciudad de Guatemala el 18 de marzo de 1969, es graduado de la universidad de San Carlos de Guatemala en el área de administración de empresas, tiene una maestría en Altos Estudios Estratégicos por la Universidad  Mariano Gálvez.
Es un político conservador y algunas de sus opiniones los definen de esa forma. Está es contra del aborto y del  matrimonio de personas del mismo sexo.
Profesa la religión cristiana evangélica y dice estar a favor de la pena de muerte  con el debido proceso, “yo me califico como un hombre de fe”, ha indicado en varias entrevistas.
Su esposa, muy poco visible ante los medios de comunicación, se llama Hilda Patricia Marroquín Argueta, durante la campaña política se le vio en raras ocasiones y en una de ellas dijo: “Sabía que llegaría a ser presidente de la República”.
En las encuestas Jimmy Morales nunca figuró como uno de los favoritos y el rechazo ciudadano a los “políticos tradicionales” lo llevó hasta la presidencia de la República, apoyado por el partido de derecha FCN-Nación y en cuyas filas hay algunos exmilitares cuestionados, entre ellos,  el diputado electo Edgar Ovalle de quien el Ministerio Público (MP), ya pidió un proceso de antejuicio por estar involucrado, supuestamente, en desapariciones forzadas y delitos contra los deberes de la humanidad.
Morales en su primer discurso como presidente de Guatemala, hizo un llamado a la unidad de los guatemaltecos y trabajar juntos para sacar adelante al país. El 14 a las 14 llegó, y de ahora en adelante las promesas deben transformarse en hechos, pues la ciudadanía es un polvorín que ha advertido “cero tolerancia a la corrupción”.

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