lunes, 6 de junio de 2016

César Fajardo en la UNE, una historia de amenazas, insultos e intereses políticos


Por Marvin Del Cid

La renuncia del diputado César Emilio Fajardo fue exigida por el Comité Ejecutivo de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), luego que el Ministerio Público (MP) solicitó proceso de antejuicio en contra del congresista por el caso Plazas Fantasma en el Congreso de la República.

Por muy extraño que parezca la salida de Fajardo no ha estado marcada por mucho ruido y el congresista se va del partido sin levantar tantas olas.

Fajardo no es un simple diputado dentro de la UNE. No solo por lo que ha representado políticamente, sino también porque en el año 2002 casó a Álvaro Colom y Sandra Torres.

Además ha sido uno de los financistas de la UNE en varios procesos electorales y también es su tercera legislatura en representación de ese partido.

En 2011 su papel cambió y fue uno de los principales asesores para que se consumara el divorcio de Torres y Colom, para que ella pudiera ser candidata presidencial; sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le negó la inscripción.

El paso de Fajardo por esa agrupación ha estado llena de polémicas, incluso, votó en contra de la creación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).

Fajardo fue acusado en 2007 de haber planificado poner una bomba frente a la casa de José Carlos Marroquín, antiguo ex dirigente de la UNE. Aunque nunca se le probó nada.

No es la primera vez que el congresista dimite de esa agrupación. En julio de 2007, unas semanas antes de las elecciones general también lo hizo. Un mes después acusó a Colom, Torres y a la hermana de Sandra, Gloria Torres Casanova, de querer asesinarlo con el apoyo de un grupo de militares.

"Se pretende asesinarme en virtud de todo lo que me consta ha sucedido y sucede en el seno del partido político UNE, así como alrededor de la figura del candidato presidencial Álvaro Colom Caballeros, de su esposa y cuñada, Sandra Torres de Colom y Gloria Torres Casanova respectivamente; para que con mi muerte se silencie cualquier intento por destapar la olla de grillos y que se abran de par en par los clóset de esas personas que están llenos de porquería, estafas, enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, cadáveres y, sobre todo, impunidad", dijo mediante una declaración pública de fecha 23 de agosto de 2007.

Pero el divorcio con la UNE fue fugaz y al poco tiempo de nuevo regresó, pero como pasa en Guatemala, nada importa más en un partido que los intereses de grupo y de ciertos integrantes.

En 2015 fue primer secretario de la Junta Directiva del Congreso y que hoy lo tienen en el ojo del huracán por el tema de plazas fantasma. Ese mismo año logró su reelección en el Listado Nacional.

Desde hace muchos meses ha mantenido enfrentamientos con el diputado, Mario Taracena, ambos se critican constantemente e integrantes del partido aseguran que las acusaciones entre ambos era seguidas.

Incluso, el 11 de marzo pasado Taracena publicó en su cuenta de Twitter: "Con Fajardo me equivoqué, no son 34 plazas, son 39 y aunque se enoje y se amargue le vamos a quitar la oficina de $2,800. Fin a privilegios".

Un día antes, Fajardo había tratado de "estúpido" en el pleno a Taracena, porque no le quiso dar la palabra.

Ambos fueron fiscales de la UNE ante el TSE en las elecciones pasadas, aunque nunca tuvieron una buena convivencia.

Así ha sido el paso de Fajardo por la UNE, una relación de amor y odio, una relación de amenazas y agresiones, una relación por supuesto en donde el interés política ha sido más fuerte que cualquier otra cosa.

Hoy algunos dirigentes de la UNE quieren dar aires de pureza y enterrar todo su pasado, pues son también cómplices de los desmanes de Fajardo en el Congreso. No hay que perder de vista que algunos hicieron lo mismo.

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